Spoiler: ir a terapia te cambia la vida.
Lo sabemos, sí, tomar la decisión de ir a terapia no es fácil. Por un lado, está nuestra propia conciencia que suele mandarnos mensajes llenos de culpa justificando lo que nos pasa (“venga, que no es para tanto, todos tenemos problemas, ya se te pasará”) y, por el otro, existe el estigma social que, aunque está empezando a cambiar un poco, todavía etiqueta (y no con adjetivos positivos precisamente) a las personas que van a terapia.
No es fácil, pero te aseguramos que, cuando tomas la decisión, cuando dices sí, lo necesito, voy a ir, cuando tienes la primera sesión y al otro lado alguien que sabe te escucha, te da herramientas para avanzar, te explica de dónde viene todo eso que sientes, resulta que la niebla se va, entra la luz y lo ilumina todo y vuelves a conectar con la persona que de verdad eres.
Empieza por escucharte
Observa tus días, el ritmo de tu pensamiento, intenta poner atención en si hay algo que te bloquea y te impide hacer cosas que antes sí hacías. No tienen que ser grandes cosas, pueden ser detalles que en un primer momento te pueden parecer insignificantes, pero cuando los sumas hacen que, quizá, no te sientas del todo tú. Observa, también, tu ánimo, tus ganas, si se te acumulan los días en los que no te encuentras bien, si te sientes triste, apática o nerviosa y te dices a ti misma: “pero cómo me voy a quejar, si hay muchas personas que tienen problemas peores, si lo tengo todo para ser feliz”.
Escoge a alguien con el que conectes
Es importante que sientas buena energía con la profesional que elijas y que sea experta en lo que necesitas trabajar para que tu terapia fluya. Por eso, en Calma siempre os damos una primera cita de primera toma de contacto con Lara, para conocerte, saber lo que necesitas y derivarte a la psicóloga del equipo que mejor te pueda ayudar.
Comprende y abraza el proceso
Como en todos los procesos, te encontrarás con días mejores y días peores, con momentos en los que tienes que sacar toda tu valentía y armarte de valor y otros en los que sentirás plenitud y confianza en lo que estás haciendo. Es normal. Estarás en un momento de catarsis en el que te redescubres, te liberas, empiezas a conocer lugares nuevos de ti misma y modificar algunas cosas pueden incomodarte.
Nunca es tarde para tomar la decisión de ir a terapia. Es un regalo que te haces a ti, una forma de autocuidado que te ayudará a aprender a gestionar tus emociones, a colocar las fases de un duelo, a comprender que no es justo que vivas anclada a la tristeza o a un estado de nerviosismo o de control absoluto, te ayudará a bajarte de la montaña rusa, a llenar el vacío, a acompañarte hasta tus objetivos, a comunicarte de forma asertiva para que todas esas veces que dices sí a cosas que no quieres no vuelvan a ocurrir, para que te sientas bien, te sientas tú, te abraces y te perdones porque te mereces todo lo bueno de esta vida.
¿Cómo te podemos ayudar?
Si hace tiempo que le das vueltas a la idea de empezar un proceso terapéutico, pero por cualquier razón (todas válidas) no has encontrado el momento, y ahora sientes que quieres dar el paso, estamos aquí para ti para acompañarte, estés en el momento que estés.
Primero siempre hacemos una primera cita de toma de contacto que tendrás con Lara, psicóloga del equipo. Ella te escuchará y hará algunas preguntas que nos ayudarán a comprender el tipo de terapia que realmente necesitas para poder derivarte a la psicóloga del equipo que esté más especializada en tu caso. Para nosotras no eres un número más.
Para dar el paso, solo tienes que hacer clic aquí:
Ir a terapia te cambia la vida (y siempre a mejor).