No fuerces algo que no sientes
Suena All I Want for Christmas is you un año más. Y sí, puede que seas de esas personas que se alegra, baila, pone la canción en bucle y disfruta al ver las luces, los árboles llenos de adornos, al imaginar, también, los regalos, las comidas y cenas, la compañía de sus familiares y todo lo que envuelve estas fechas. Pero ¿qué pasa cuando no es así? Cuando te abruma pensar en reuniones familiares, cuando echas de menos a esa persona que ya no está y tienes que ver esa silla vacía, cuando los recuerdos se te amontonan, la economía quizá no acompaña o tu estado de ánimo no va acorde a la felicidad que viste mucha gente con la que te cruzas y cualquier diciembre fue mejor que el que está por llegar este año.
Les pasa a muchas personas. La Navidad se convierte en un momento difícil, un momento cubierto de nostalgia y preocupación donde los villancicos suenan por todas partes como recordatorios de aquello que les duele. Es un momento del año en el que la presión social, la obligación de ser feliz, sonreír y estar con el ánimo acorde es lo que todo el mundo espera.
La otra realidad
Sin embargo, hay familias divididas, hay personas que pasan estos días a solas y, por el contrario, tienen que ver anuncios de familias unidas y perfectas. Hay, también, ausencias imposibles de cubrir, distancia al vivir en diferentes ciudades, alguna persona que bebe más de la cuenta con la excusa de las fiestas y surgen conflictos que se convierten en guerras. Hay auto exigencia, esa necesidad de cumplir con todos, de llegar a todo, de sonreír, regalar, acertar, sentarte al lado de una persona que te quita energía.
Sí, la Navidad no es un momento feliz para todo el mundo y no pasa nada. No puedes forzar lo que sientes ni obligarte a disfrutar de un momento que no te llega. Es importante que des espacio a tus emociones, que aceptes lo que sientes y, si quieres, transformes estas fechas para que se adapten a ti y no tú a ellas.
¿Cómo poner límites?
Silvia, psicóloga del equipo de Calma, te da algunos consejos para poner límites y pasar las fiestas de la mejor manera posible:
· Comunícate desde la asertividad. Si hay algo que te incomoda o te hace sentir mal, intenta decirlo. Muchas veces intentamos esconderlo o disimularlo, pero es mejor poner un límite antes de dejar que la ansiedad lo cubra todo. Por ejemplo: “no estoy cómoda hablando de esto ahora, ¿te importa si cambiamos de tema?”, “no quiero beber alcohol, te agradecería que no insistas”.
· Dale espacio a tus emociones. Si sientes tristeza, apatía o nostalgia, no disfraces tus emociones con vestidos de lentejuelas. Muéstrate tal y como te sientes, sin miedo a que al otro le siente mal.
· Permítete estar a solas. Si no te apetece celebrar una de las fiestas señaladas y prefieres estar en casa, con tranquilidad y a solas, permítete ese espacio para ti. Cada año es diferente y las circunstancias cambian, no pasa nada si decides no ir. Para comunicarlo, vuelve al primer punto: la asertividad. Por ejemplo: “esta noche me quedo en casa, no tengo ganas de celebrar”, “prefiero no salir hoy, me apetece más estar en calma”.
Charla: ¿Feliz Navidad?
En este directo de Instagram, María y Beatriz, Nutricionista y Psicóloga del equipo, hablan sobre:
· la culpa al comer
· por qué los límites son una muestra de amor
· conflictos por alcoholismo y qué hacer
· confinamiento en Navidad
Esperamos que te ayude a pasar unas fiestas más amables.