Llegué a Calma Project un día por casualidad, merodeando por Instagram algún lugar seguro donde empezar a sanarme, me topé con su cuenta y la verdad es que vi todo aquello que necesitaba, que sentía y que formaba parte de mi esencia y que me representaba. Desde ese momento empecé con Lara, mi psicóloga, a la que solo tengo palabras de agradecimiento por escucharme y ayudarme a ponerle voz a todo aquello que soy. Además, es la persona que me ha enseñado a ponerle nombre a todas aquellas emociones que muchas veces no he sabido comprender. Y todavía estoy aprendiendo y sanando junto a ella.
También junto a Lara, con la que hablé de mis problemas digestivos, muy conectados a todas esas emociones que llevo conmigo, fue cuando descubrí a la que es ahora mi nutricionista, María. María es la dulzura hecha persona, pone su corazón en todo lo que hace, sabe escuchar y trabaja todos tus problemas en conjunto a tus emociones, a cómo te sientes. También es la que ha hecho que a nivel digestivo, después de darle mil vueltas por otros lados, pueda por fin ponerle nombre a lo que me ocurre.
Ahora mismo, ambas son para mí partes esenciales en mi vida, son mi remanso de paz, dos seres de luz que me han enseñado (y me están enseñando) a entender qué me pasa y por qué. Me siento muy afortunada por estar sanando junto a ellas, cada una a su parte pero sabiendo que todo está perfectamente conectado. GRACIAS enormes, no sabéis todo lo bien que hacéis a las que tenemos la suerte de formar parte de esta Calma.
Enhorabuena por todo vuestro trabajo, por vuestra magia. Gracias de todo corazón <3