Cuando comencé la carrera de Psicología no creía que fuera capaz de llegar al momento vital en el que hoy me encuentro. Al poco tiempo de empezar mi formación empecé a sentirme muy insegura conmigo misma y a dudar de mi valía personal. Aquel momento me llevó a iniciar una psicoterapia psicoanalítica relacional. Y fue mirar hacia dentro acompañada de otra persona lo que permitió transformar mi manera de experimentarme a mí misma y al mundo que me rodeaba. En definitiva, a sentirme suficientemente buena. Algo que parece poca cosa, pero que para mí fue un mundo. A partir de ese proceso, me di cuenta de que lo que me hacía feliz era tener el privilegio de acompañar a otros en sus procesos terapéuticos.

Gracias a la formación que he recibido siempre he tenido un enfoque integrador del ser humano, aunque finalmente me decidí por escoger la corriente que tanto me había ayudado a mí. El psicoanálisis relacional. Mirarnos a nosotros mismos, nuestra historia familiar, nuestros aprendizajes inconscientes, esos patrones relacionales que repetimos una y otra vez sin darnos cuenta, nos permite sanar desde la raíz, y no poner un parche. ¿No te pasa que siempre tropiezas con la misma piedra? ¿Como si siempre te pasara lo mismo una y otra vez y no llegas a entender por qué? Desde que nacemos incorporamos unos patrones relacionales, que muchas veces en la vida adulta si no los cuestionamos nos hacen sufrir mucho. El psicoanálisis nos ofrece un nuevo relato, construir juntos entre el paciente y el terapeuta una nueva experiencia relacional sanadora.

A lo largo de mi trayectoria profesional he trabajado en el ámbito psicosocial dentro de una asociación para personas con problemas de salud mental graves y sus familias, así como a la psicología clínica en consulta privada. Esto me ha permitido construir una mirada humanizante del sufrimiento psíquico, entendiendo los problemas de salud mental como parte de un contexto social. Los casos con los qué más he trabajado hasta hoy tienen que ver con procesos depresivos, ansiedad, angustia, crisis de identidad, problemas familiares, pareja, relacionales, laborales, de personalidad y psicosis.

Actualmente me he centrado en el estudio de la terapia familiar y grupal. Continuo con mi terapia personal, la supervisión clínica y la formación complementaria, para poder ofrecer un espacio libre de juicios y lo más cuidado posible para la persona.