Soy una persona empática, comprensiva y tranquila. Considero que a través de observar a las personas con una mirada capacitadora ellas pueden aprender a verse de la misma forma. Desde el marco de la terapia sistémica podemos mirar el sistema en el que hemos crecido. Entendiendo de esta forma que aunque nuestro pasado nos influye en cómo nos hemos construido, no tiene por qué determinar cómo vivir de ahora en adelante.

Mi desarrollo profesional ha estado siempre ligado al ámbito de la terapia familiar trabajando tanto con la familia completa, como desde la terapia individual. Teniendo en cuenta en todo momento las herencias intergeneracionales que pueden estar mediando en aquello que nos sucede. A lo largo de mi trayectoria profesional he tenido la oportunidad de trabajar con niños en ámbito de exclusión social y en grupos de ayuda mutua en personas con enfermedades raras. La terapia grupal me aportó un gran aprendizaje ya que lo más bonito de estos espacios es lo que cada integrante aporta a los demás desde la empatía y desde el compartir una dificultad común.

Más adelante mi vocación se fue decantando hacia la psicología clínica a la cual me dedico a día de hoy, intentando poner cada día todos mis recursos al servicio del paciente, trabajando en equipo para que pueda encarar su vida de otra forma. Mi trabajo consiste en enseñar a la persona a identificar lo que le ocurre, pudiendo sentir así mayor control sobre la situación y de esta forma afrontarla de un modo que no le cause tanto malestar. A lo largo de nuestras vidas siempre va a haber momentos de crisis que pueden hacer que nos tambaleemos un poco. Si nos permitimos experimentar abiertamente aquello que nos está generando la situación, podremos contactar con lo que estamos necesitando para poder afrontar y elaborar la situación de una forma más adaptativa.