Durante años viví en un estado de alerta sin saberlo. Mi padre falleció cuando yo tenía 12 años, y a partir de ahí, algo dentro de mí se rompió. Mi casa dejó de ser un lugar estable y, sin darme cuenta, me puse la mochila de la responsabilidad demasiado pronto. Era funcional. Salía a delante. Pero en realidad, solo estaba sobreviviendo como podía, y sin muchos recursos.
Con los años, mi cuerpo empezó a llegar a su límite: inflamación, problemas digestivos, desajustes hormonales, brotes de dermatitis, cansancio constante. Terminé en urgencias varias veces y, finalmente, me diagnosticaron endometriosis. Ese fue mi punto de inflexión. Empecé un proceso profundo de terapia, cuidado corporal y nutricional. Y ahí, poco a poco, algo empezó a sanar. Y en ese momento creé Calma.
Soy terapeuta corporal integrativa especializada en regulación del sistema nervioso y gestión emocional. He acompañado a cientos de personas en consulta desde hace más de ocho años y actualmente soy formadora del curso Del modo supervivencia a la prosperidad. Me formé en osteopatía durante seis años y amplié mi enfoque con neurociencia, Teoría Polivagal (niveles I y II), neurología del dolor y trauma complejo.